El correcto funcionamiento del ciclo integral del agua es determinante para garantizar la conservación del medio ambiente y la viabilidad de las actividades económicas de Ibiza y Formentera.
Un uso prioritario del agua desalada es determinante para el abastecimiento urbano y posibilita reducir la presión sobre los acuíferos para que se recuperen y además garantizar la calidad del agua del grifo. La recuperación de los acuíferos permite garantizar el agua para la agricultura así como reducir el estrés hidrico de los bosques y el riesgo de incendios. Mejora de la agricultura y el bosque significa conservación del paisaje y fomento del producto local y del turismo rural. La calidad del agua del grifo es un derecho básico y además posibilita reducir el uso de botellas de agua y dirigirnos hacia unas islas libres de plásticos.
La mejora de la depuración de las aguas residuales asegura la calidad de las aguas de baño recurso turístico fundamental en Ibiza y Formentera. Además, la protección de la posidonia depende de la calidad de las aguas litorales. Por último, la correcta depuración de las aguas residuales es el paso necesario para reutilizar el agua.
La reutilización del agua posibilita tener agua abundante en lugar de verter el agua depurada al mar. Es un recurso hídrico muy valioso en unas islas con sequías recurrentes. El agua regenerada se puede emplear para usos agrícolas e impulsar la actividad económica agrícola, el riego de jardines y el baldeo de calles. Además es un recurso hídrico necesario para la recuperación de las zonas húmedas como Ses Feixes.